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Conciencia por el "Medio Ambiente".


Comenzo el mes de junio, este es un mes especial, pronto se acerca el 5 de junio, fecha en que se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente, un día en el que se llama a la toma de conciencia con respecto al cuidado del "Medio Ambiente", dando conocimiento de la interminable contaminación que amenaza al "Planeta Tierra", es un problema para analizar seriamente, comprendiendo que esto es un problema de todos, y todos podemos acotar diversas soluciones, para beneficio de todo el mundo.


A continuación cito dos temas, que demuestras su importancia, tiene que ver con la Biodiversidad y los Bioindicadores, tomados del boletin Consumer.




La biodiversidad en el mundo ha disminuido más de una cuarta parte en los últimos 35 años, según un informe
Este trabajo advierte de que las futuras generaciones tendrán que enfrentarse al hambre, la sed, la enfermedad y los desastres naturales.

La biodiversidad ha disminuido más de una cuarta parte en los últimos 35 años, según estimaciones de WWF/Adena, que señala que los índices de biodiversidad "continúan cayendo en picado mientras nuestro uso de los recursos naturales aumenta a ritmo vertiginoso".


La asociación ecologista considera que las futuras generaciones tendrán que enfrentarse al hambre, la sed, la enfermedad y los desastres naturales si se sigue perdiendo diversidad biológica.
Estas declaraciones coinciden con el lanzamiento del informe de WWF/Adena "Más allá del 2010: Cómo enfrentar el desafío de la Biodiversidad", que incluye el último Índice Planeta Vivo. Este índice está internacionalmente reconocido como una herramienta para cuantificar el progreso en la reducción de la pérdida de biodiversidad fijada para el año 2010. El informe revela, como era de esperar, un descenso continuo de la biodiversidad.
Y es que nuestra supervivencia y calidad de vida depende de factores fundamentales como la alimentación, el agua potable, las medicinas y la protección frente a las amenazas naturales, según los conservacionistas. "Si queremos conservar estos bienes debemos proteger a las especies, los hábitats y los ecosistemas que los encierran", apuntan. Aunque los gobiernos de todo el mundo se comprometieron en 2002 a cumplir el objetivo de reducir la pérdida de biodiversidad para el año 2010, este nuevo informe de WWF/Adena "demuestra que no están recorriendo el camino adecuado".



Impacto sobre la vida



"La biodiversidad es el requisito fundamental para la salud del planeta y tiene un impacto directo sobre nuestra vida", afirmó a este respecto James Leape, Director General de WWF Internacional. "Nadie puede evitar el impacto de la pérdida de biodiversidad porque se traduce directamente en una reducción de nuevas medicinas, una mayor vulnerabilidad frente a los desastres naturales y una intensificación de los efectos del calentamiento global", aseguró.
Por todo ello, WWF/Adena hace un llamamiento a los gobiernos en la Novena Conferencia de las Partes del Convenio sobre Diversidad Biológica (CBD COP 9), que tiene lugar en Bonn del 19 al 30 de mayo, para que fijen como prioridad política la protección y el uso sostenible de la biodiversidad.
http://www.consumer.es/web/es/medio_ambiente/2008/05/23/177225.php




Bioindicadores: Seres vivos que detectan la contaminación



Las alteraciones de la calidad medioambiental se pueden comprobar observando a organismos especialmente sensibles a estos cambios
Libélulas para saber el estado de las aguas, hormigas para evaluar la peligrosidad de una mina, abejas para detectar la contaminación atmosférica urbana, la hoja del tabaco para comprobar daños por ozono, corales y pingüinos para conocer el alcance del cambio climático... En vez de costosos equipos de medición y análisis, algunos científicos proponen el uso de bioindicadores, organismos o sistemas biológicos sensibles a las variaciones en la calidad ambiental.


Autor: Por ALEX FERNÁNDEZ MUERZA



Ante la más mínima alteración de las condiciones de su entorno, algunos seres vivos generan una determinada respuesta, cambiando sus funciones vitales y/o su composición química o genética, o incluso acumulando el agente contaminante (bioacumuladores).
Por ello, estos seres vivos se pueden convertir en unos indicadores biológicos muy útiles, fiables - y económicos - para evaluar la calidad ambiental del suelo, el aire o el agua. Así lo ha asumido por ejemplo la nueva Directiva Marco de Aguas, que incorpora el uso de bioindicadores para indicar el nivel de degradación o el buen estado de un ecosistema.
Estos seres vivos se pueden convertir en unos indicadores biológicos muy útiles, fiables - y económicos - para evaluar la calidad ambiental del suelo, el aire o el agua
En este sentido, algunos animales son conocidos tradicionalmente por los pescadores como buenos indicadores de las condiciones de los ríos. Tal es el caso por ejemplo de los mirlos acuáticos, las libélulas y caballitos del diablo, las nutrias o las ranas comunes. Este tipo de animales necesitan unas aguas muy limpias para encontrarse a gusto. Si aparece algún mínimo elemento contaminante, que podría pasar desapercibido para los seres humanos, estos seres huyen del lugar.
Por su parte, investigadores de la Universidad del País Vasco están utilizando también diversos bioindicadores para analizar la Ría de Bilbao, muy castigada por la contaminación industrial de la zona a lo largo del siglo XX y que ahora se encuentra en pleno proceso de recuperación.
Proyectos muy diversos
Las plantas son unos indicadores muy utilizados por los investigadores, ya que se basa en técnicas simples y relativamente económicas. Por ejemplo, el proyecto europeo "Eurobionet" pretende evaluar la calidad del aire e identificar los contaminantes atmosféricos en diversas ciudades de Europa, entre ellas Barcelona y Valencia, usando plantas bioindicadoras.
En concreto, sus responsables están empleando una variedad del tabaco, Bel W3 (Nicotiana tabacum), para detectar los daños por ozono troposférico, la Tradescantia para los efectos mutagénicos de los contaminantes atmosféricos, la Ray grass (Lolium multiflorum italicum) para el azufre y los metales pesados, y la Col rizada (Brassica oleracea), que acumula compuestos orgánicos en las ceras de sus hojas.
Los líquenes, organismos que surgen de la simbiosis de un hongo y otro ser fotosintetizador, como un alga, son muy útiles para detectar por ejemplo la presencia de hidrocarburos, aceites, lluvia ácida, o en general, la presencia de metales pesados en la atmósfera, que acumulan en su interior. Por ejemplo, biólogos de la Universidad de La Laguna proponen en las Islas Canarias la instalación de "estaciones de control" con líquenes para medir la contaminación a largo plazo.
Los insectos también son muy buenos bioindicadores de deterioros ambientales muy diversos. Científicos del Centro Iberoamericano de la Biodiversidad de la Universidad de Alicante (CIBIO) han utilizado insectos coleópteros de la familia Tenebriónidos, cuyas especies están adaptadas a medios secos y áridos, para determinar las zonas de la provincia de Alicante que sufren una mayor degradación del suelo, y por tanto con mayor peligro de desertificación.
El Ayuntamiento de Córdoba y la empresa Apoidea trabajan en un proyecto de evaluación de la contaminación urbana en el que utilizan abejas y su miel como bioindicadores. Las patas de estos insectos tienen un pelo al que se adhieren las partículas del aire, por lo que se puede conocer la concentración de metales pesados, pesticidas o radiactividad en grandes áreas de la ciudad donde se mueven. Asimismo, explican sus responsables, son fáciles de criar y su análisis no es complicado.
El estudio de los efectos del cambio climático también está siendo realizado mediante bioindicadores por algunos investigadores. En la Universidad de Birmingham están probando al pingüino rey, ya que cubre varios cientos de kilómetros y pueden ser bien estudiados. Para ello, monitorizan sus constantes vitales para comprobar si ahora tienen que esforzarse más para encontrar su alimento.
Los investigadores encargados del programa de seguimiento de la reserva marina de las Islas Columbretes (Castellón) han descubierto que la Cladocora caespitosa, un coral abundante en el interior de puerto Tofiño, ha visto elevada su tasa de mortalidad, debido al parecer al incremento de la temperatura del agua. Aunque los científicos reconocen que no puede afirmarse con rotundidad que sea consecuencia del cambio climático, recuerdan que este coral es un buen bioindicador de dicho fenómeno.
Grandes posibilidades de los bioindicadores.
El reino animal y vegetal proporciona una gran variedad de posibilidades, desde líquenes y hongos, pasando por anfibios y reptiles, peces, aves o hasta mamíferos. En cualquier caso, antes de un estudio mediante bioindicadores debe realizarse un análisis previo que seleccione el mejor organismo para el tipo de problema ambiental y su extensión geográfica y temporal. Un bioindicador ideal es un organismo sencillo de estudiar y bien conocido por la ciencia, y que esté presente de manera amplia en todos los hábitat posibles.
Por otra parte, el desarrollo de investigaciones mediante bioindicadores con metodologías científicas se ha producido en las últimas tres décadas, si bien se trata de una práctica conocida desde hace siglos. Los mineros utilizaban canarios que, en caso de perder el sentido, indicaban la presencia de gases inodoros y mortales. En Australia, la minería también se ha servido de hormigas para conocer si la restauración de una zona había tenido éxito. En los pueblos, la desaparición de los líquenes ya era asociado al empeoramiento de la calidad del aire.






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