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Carta de Doña Potola

Carta de una abuela chacarera desde un rincón de la Argentina.
Al Sr. Director de la FAO, Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación.

Con mi mayor estima:
Disculpe usted a esta chacarera ya entrada en años de la “Pampa gringa”, el atrevimiento de robarle unos minutos.Soy hija y nieta de quienes me enseñaron a dar gracias a Dios y a querer a esta tierra generosa.Si bien fueron poco tiempo a la escuela porque había que trabajar, les sobraba el conocimiento y lo derramaban dando consejos a quienes los pedían. ¡Viera señor qué trigales ! Conservas, chacinados, jabón, todo lo que usted se imagina, sabían hacer.Qué decir de la huerta donde aún hoy entorno los ojos y me parece ver a su viejo espantapájaros con un sombrero de paja. Y hoy aquí, en la vieja casa junto al fuego, me he puesto a escribirle a usted, que junto a los hombres bien intencionados, deben estar preocupados por el precio de los alimentos y por el hambre en el mundo. Le confieso que a mí también me cuesta conciliar el sueño ante la incertidumbre de sembrar o no sembrar, y no me siento Hamlet.¿Pero cómo seguimos arriesgando con el costo que tienen las semillas y los insumos y sin saber a cuánto nos van a dejar vender cuando llegue el momento de la cosecha?Sólo el 3% de la tierra del mundo es muy apta para la agricultura, y nuestra querida Argentina es uno de los escasos paises que comparten ese 3% de suelos y climas de la mejor calidad.Y aquí estamos pensando en sembrar o no hacerlo hasta que se disipe la tormenta. El mundo nos debe estar mirando con recelo y pensando cómo con tanta generosidad que tuvo el Señor con éste rincón del mundo, nosotros nos peleamos sin medir las consecuencias y la desazón que les causamos a esos rostros desconocidos que se iluminan frente a un pedazo de pan.Miro el cielo limpio con un sol maravilloso iluminando los campos que esperan el agua que no llega. Pienso si no es un castigo divino por el egoísmo y la falta de sensibilidad de quienes quieren imponer su ideología política sobre la decisión hermosa de todo un pueblo de vivir en comunión con la tierra. Tengo sobre mi mesa, llena de fotos y recuerdos, una imagen de San Cayetano para que no falte el trabajo con una espiga de trigo simbolizando el pan.Con mi corazón sobre la mesa le estoy pidiendo a Dios que nos ilumine, y a usted distinguido señor le agradezco su tiempo y le reitero sepa disculpar el atrevimiento de esta vieja chacarera. Si está a su alcance alguna gestión en nombre de todas las madres, le doy las gracias.Quedo a su entera disposición.
Firmado: Doña Potola.
Fuente: http://www.dinamicatv.com.ar/EDIT/ed.html

1 comentarios:

fer dijo...
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