http://www.infoecologia.com/.- ¿Sabías que en el Reino Animal también podemos descubrir grandes recicladores? Sí, sí. Animales que aprovechan y reutilizan algunos materiales que podrían considerarse residuos. En este espacio, trataremos de descubrir algunos sorprendentes ejemplos de la “conciencia” recicladora de la fauna de todo el mundo. Comenzamos hoy con una exótica ave, el pájaro australiano de enramada o tilonorrinco, un verdadero arquitecto, cuyo comportamiento nos descubre el naturalista y escritor Gerald Durrell en “Animales en general” (Alianza Editorial):
”... en este caso fue un zoo donde tuve la suerte de ver como construía un pájaro de enramada su templo de amor. Había escogido dos montones de hierba en medio de su pajarera y cuidadosamente había despejado un círculo en el suelo en torno a ellos y un canal entre los dos. Después había ido llevando ramitas, trozos de cuerda y pajas y los había ido introduciendo cuidadosamente entre la hierba, de forma que el edificio acabado formaba un túnel.
Fue en ese momento cuando me di cuenta de lo que estaba haciendo; para entonces, tras construir su residencia secundaria, estaba en fase de decorarla. Lo primero que llevó fueron dos conchas vacías de caracol, a las que siguió el papel de plata de una cajetilla de cigarrillos, un pedazo de lana que había encontrado, seis guijarros de colores y un pedazo de cuerda del que colgaba un poco de lacre. Pensé que quizá le gustaría tener más elementos decorativos y le traje unas hebras de lana de colores, unas cuantas conchas marinas policromas y algunos billetes de autobús.
El tilonorrinco estaba encantado; descendió por los alambres para quitármelo todo cuidadosamente de los dedos y volver a saltos a su quinta para ordenar las cosas”
Por: Cristina Álvarez
”... en este caso fue un zoo donde tuve la suerte de ver como construía un pájaro de enramada su templo de amor. Había escogido dos montones de hierba en medio de su pajarera y cuidadosamente había despejado un círculo en el suelo en torno a ellos y un canal entre los dos. Después había ido llevando ramitas, trozos de cuerda y pajas y los había ido introduciendo cuidadosamente entre la hierba, de forma que el edificio acabado formaba un túnel.
Fue en ese momento cuando me di cuenta de lo que estaba haciendo; para entonces, tras construir su residencia secundaria, estaba en fase de decorarla. Lo primero que llevó fueron dos conchas vacías de caracol, a las que siguió el papel de plata de una cajetilla de cigarrillos, un pedazo de lana que había encontrado, seis guijarros de colores y un pedazo de cuerda del que colgaba un poco de lacre. Pensé que quizá le gustaría tener más elementos decorativos y le traje unas hebras de lana de colores, unas cuantas conchas marinas policromas y algunos billetes de autobús.
El tilonorrinco estaba encantado; descendió por los alambres para quitármelo todo cuidadosamente de los dedos y volver a saltos a su quinta para ordenar las cosas”
Por: Cristina Álvarez
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