Argentina se vistió de celeste y blanco, se unieron los corazones, aún en los ámbitos más dramáticos de nuestro país, lucieron esplendorosas las banderas, las escarapelas, las sonrisas, y todos queriendo dejar un recuerdo feliz en este cumple de la patria, sus 200 años, que marca tantos sucesos de la historia, que entusiasma a los más pequeños a investigar, a decorar, a valorar un poquito más lo hermoso que es nuestro país, “Argentina”.
Se abrazan las culturas de todas las provincias, entre sabores y tradiciones, se unen las personas, y es algo que conmueve, no es tan habitual compartir un momento de “Paz y Alegría”, en un mundo que demanda un dinamismo cotidiano que dejo muy atrás aquella mesa tendida con un elegante mantel cubierto de exquisiteces caseras, elaboradas con las manos de mamá, grandes emprendedoras educadas por las maestras más tiernas, “las Abuelas”, los consejos de la abuela.
Despertar al amanecer, y en la cocina de la abuela se esparce ese aroma a buñuelos recién horneados, listos para compartir el primer encuentro típico de la familia, “el desayuno”, recibir la calidez de un nuevo día.
Así se puede desplegar los platos populares de la cocina argentina, aquellos que unen a la familia, aquello que le da valor en cada minuto del día.
Aquello que se desprende de la educación desde el hogar, “Buen Día, Por Favor, Gracias”, solo por nombrar algunas de las actitudes que van con la persona de cada uno.
Así crecen los conocimientos, los anhelos, las pasiones.
El arte, el teatro, la danza, la música, la escritura, a través de este lenguaje que explora, que enseña, que transmite, muchos seres lo han representados, algunos ya partieron de la tierra, otros nos siguen sorprendiendo con su talento.
Y en cada punto del país, la actividad laboriosa de cada ciudadano, todas y cada una de las profesiones, los oficios, todos los sectores.
Aún en aquellos pueblos tan sorprendentes, y ricos en cultura, que a lo mejor no son los más nombrados cuando se nombran puntos geográficos de Argentina, pero sabemos que están, todos buscamos la bondad de nuestros dones, para representar a este país que nos regala sus más diversos paisajes.
Ojalas viva el lado humano de cada uno de nosotros, actuando conforme a hacer el bien, enseñar, aprender, vivir, soñar, ir a favor de la naturaleza, valorar su esencia, agradecer a Dios, porque a pesar de toda la crueldad, y las tristezas que surgen, hay muchas cosas hermosas para disfrutar y dejar a las futuras generaciones, el gozo de un mundo donde todavía vive la esperanza desde la humildad de los humanos.
“Felices sean los pueblos que con amor, con alegría mantienen viva la cultura y las tradiciones que marcan el color y la belleza de cada localidad”.
“No olvidarse de aquellas personas tan nobles, sabias, que forman parte de Argentina, nuestros hermanos “Aborígenes”, que allí están en la lucha que les pelea esta actualidad”
Muchas Gracias a todos los que tienen la generosidad de compartir este blog conmigo.
Saludos cordiales.
Marisol
Aprender a morir y aprender a renacer….
Hace 8 años